martes, 17 de abril de 2018

Lo bueno, lo malo, lo feo...

Versión no tan breve :
“Cuando el amanecer, dejó de amenazar, nació la mañana…”
Esas son las primeras palabras que escucho cada mañana y salen del despertador de mi Iphone a las 6.45.
Sin ver nítidamente sé que botón tocar para detener lo que en ese momento es una dulce tortura. Lo BUENO de este acto es que sé que estoy viva, que un nuevo día me espera. La acción se repite hasta tres veces antes de que yo decida abandonar la cama. Me tomo mi Levotiroxina y arranca el primer llamado a mis hijos. El primero siempre es tranquilo. 
Vinka me hace caso, Oli hace conmigo lo mismo que yo con el despertador, varias veces hasta agotarme la paciencia. Lo BUENO de esto es que a diario me doy cuenta que mi paciencia es bastante amplia a esa hora de la mañana.
Salimos con el café con leche a medio terminar y al cerrar la puerta todas las mañanas me hago la falsa promesa de que cuando regrese me voy a tirar una hora más por lo menos hasta las 9, hora en que el trabajo comienza a reclamarme.
Voy y vuelvo del cole, a lo mejor me quedo escuchando una canción en el auto estacionado. Lo BUENO de esto es que me hace arrancar el día inspirada aunque ese estado dure poco.
Entro a casa y aunque no son más de las 8.10 abro la compu. Y sí, hay un mail de Ramiro pidiéndome unas correcciones, porque claro, él está en China ahora y labura durante nuestra noche. El pedido me quema y decido arrancar a trabajar, con suerte termino y tengo un par de horas tranqui. Pero no, me entra un wapp de Eleonora pidiéndome que le mande el aviso para la revista de Diarco que ya cierra. Lo BUENO de esto lógicamente se verá reflejado en la factura del mes, así que lo hago al toque y de buena gana.
Se conecta conmigo Ernest para decirme que en el Cojausin me reclaman, que me pierdo de cosas, que no sea tonta y me reenvía mensajes de la gente, que no me animo a decirle, pero ya los recibí de la noche anterior de la mano de Ceci.
Pero estoy dolida, ofendido mi ego, post-premenstrual (o sea me vino -Lo BUENO de esto, no estoy embarazada). Y como sentimentaloide y procrastinadora que soy pongo en Youtube la canción esa que dice: “alguien lo ha convencido que es un poeta maldito” y también “cree que por ser bohemio le van a dar un premio…” me siento tan pero tan identificada…
Acepto que me reingresen al grupo. Lo MALO de esto es que siguen hablando de Sierra de la Ventana… me torra ese tema, me la baja.
Así que con la libido creativa bien blandengue me voy a… lavar el baño. No hay tarea menos glamorosa y gratificante que esa cuando estas down. Últimamente me toca lavar baños propios y ajenos, algo debe querer decir eso, voy a tratar de pasarlo al plano filosófico.
Bueno ya que estoy sigo con el living y la cocina. Mientras estoy con el lampaso en la mano me llama Graciela para que pase a cobrar. Eso ya me alegro la mañana tanto que podría agarrar soretes con la mano como la amiga de Majo de la famosa anécdota. Solo un hecho puede superar la alegría de ese llamado y es el acto de cobrar en sí mismo, pero eso vendrá mañana. Ya que estoy en la cocina me pongo a hacer un bizcochuelo, lo BUENO de esto es que me hace pensar en que soy pobre, no tengo para pagarle a una chica que limpie mi casa, pero estoy aquí a media mañana haciendo un bizcochuelo para que mis hijos merienden. (Mientras escribo esto respiro el rico aroma que viene desde el horno).
Pongo ropa a lavar. Y ahora me toca limpiar arriba LPM.
Cuando me quiero acordar son las 12.30 tengo que salir rajando a buscar a Oli, pero antes saco las milangas del freezer.
Al salir recuerdo recargar crédito al celu de Vinka. Empezó a viajar en colectivo sola, lo que me da mucho miedo y ansiedad. La responsabilidad de estar comunicadas es imperiosa. También pido turno con Vilma mi ginecóloga. Mejor me pongo las pilas con eso.
Mientras estoy saliendo recuerdo sacar la basura reciclable, hoy es martes día verde. Lo BUENO es que estoy poniendo un granito de arena para cuidar el planeta.
A la vuelta hacemos parada en el kiosco, Oli me insiste, es un picasesos, con el álbum y las figuritas del mundial. Se lo compro, llegamos y de inmediato se pone a pegar figuritas mientras yo cocino. Lo BUENO es que practica con los números lo cual le hace buena falta, lo MALO es que odia el fútbol según el mismo ha confesado.
Comemos milanesas con tomate. Tiendo la ropa. Salimos con lo justo para Munro, clase de comedia musical. Mientras Oli está en clase yo camino por Velez Sarsfield. Lo BUENO es que todo esta cerrado así no me tiento de gastar plata. Lo MALO es que termino comprando una bombacha para mi hija. Es más fuerte que yo. De Munro a Boulogne a buscar a Vinka a inglés y repartir a los compañeros, hoy me toca pool.
De vuelta en casa la tarde prácticamente se coló como los granos de arena de un reloj, pero todavía queda por hacer.
Primero la merienda con el famoso bizcochuelo, y luego a leer mínimo 3 capítulos de Percy Jackson y el ladrón del rayo, donde me entero que Percy (Perseo) hijo de Zeus, junto con la hija de Atenea y un sátiro llamado Grover luchan contra Medusa a quien le cortan la cabeza y envían por correo al reino de Hades que está físicamente situado en un estudio cinematográfico de Los Angeles.
Todo esto para ayudar a Vinka que viene atrasada en su trabajo de análisis literario que debe presentar el viernes. Lo BUENO de esto es que aprendo sobre mitología griega aunque sea en una recreación ficticia. Y además comparto un rato con mi hija.
Como eso nos lleva varias horas termina haciéndose la hora del caos. O sea del baño y de la cena. Decido teñirme el pelo antes de bañarme, no me banco más esos mechones naranjas que me hice. Así que cocino mientras la tintura va haciendo efecto. Fideos con tuco, no pidan nada raro.
Alzo la voz tres o cuatro o cinco veces para que mis hijos se bañen y como ninguno me hace caso, les sirvo la comida y me baño yo. Lo MALO es que con la tintura vuelvo a manchar la bañera que había limpiado a la mañana. Mala mía.
Luego invertimos roles, ellos se bañan y yo ceno.
Antes de apagar formalmente los motores chequeo el mail y para mi sorpresa me encuentro con el pedido para comenzar el próximo catálogo de Puma. Si fuese un poco más materialista, esa sería mi MEJOR noticia del día.
Ahora sí. Aunque apuré las cosas para irnos a la cama en un horario normal, nunca logramos llegar antes de las 11.
Cada cachorro en su cama oliendo a limpio. Repasamos el plan de la rutina para mañana luego de lo cual les pregunto, como cada noche: ¿qué fue lo mejor y lo peor que les pasó en el día?
Y cada uno de ellos me contesta.
¿Y qué fue lo mejor y lo peor del mío? Si tuvieron la paciencia de llegar hasta este punto en la lectura sacarán sus conclusiones.

viernes, 13 de abril de 2018

Cuando desperté


De ese largo sueño que es la vida he tenido muchos "microsueños", a tal punto que casi no puedo distinguir el sueño de la vigilia. He soñado que volaba y he desperté estrellada. He soñado que perdía todos los dientes y he despertado apretando la mandíbula. He soñado que co*ía y desperté pariendo. He tenido dulces sueños y desperté a una pesadilla. 
Pero tuve un sueño recurrente. Yo iba caminando en la cuerda floja a muchos metros de altura sobre el suelo. Llevaba en cada mano una bandeja, en una seis copas de cristal, en la otra 6 huevos. Abajo un suave y grueso colchón que salvaría mi vida de caer si perdiera el equilibrio.
Al despertar me di cuenta que estaba caminando por la cuerda floja que llevaba en cada mano la criatura más valiosa de mi vida y para mi sorpresa, ya no tenia ni mamita ni papito ni maridito que me atajaran si por algún motivo trastabillara y cayera. Así desperté un día del continuo sueño que es mi vida.
Aunque a veces, por suerte, vuelvo a quedarme dormida pero ahora sueño cosas lindas.

viernes, 6 de abril de 2018

Tres irresponsables y dos menores

Parece que es el ultimo día que va a hacer calor de este verano versión extendida que ya nos empieza a cansar de tanto sofocón. Dicen que mañana descompone.

Las condiciones están dadas para una juntada al aire libre y una cena de mitad de semana, improvisada cosa que se propone a un grupo de whatsapp a ver si alguien acusa recibo.

Nos juntamos tres irresponsables en una vieja y sucia pizzeria de una ruidosa avenida suburbana. Tres irresponsables y dos menores inocentes nos sentamos a la mesa de fórmica de aquél mítico recinto proveedor de pizzas de mi tardía adolescencia, cuando desfalleciente de hambre me llevaba una grasientísima porción de fugazzetta rellena y la iba devorando mientras caminaba por Yrigoyen las 5 cuadras que me faltaban para llegar a casa de la facu o del trabajo.

Pedimos la pizza grande de jamón y morrones, fainá y obvio una de esas irresistibles megaporciones arriba mencionadas, obviamente hidratadas por dos litros de stella rubia, cantidad que hoy no me alarma dado el evidente desarrollo de mi “cultura” alcohólica.

El aceite del queso se torna sólido en nuestros estómagos al tomar contacto con la cerveza fría, pero no se fusionan por la contextura de cada componente por lo que hará que nuestra digestión sea larga y pesada. Pero no nos importa porque la charla es amena, la risa es dulce y los párpados del más chiquito se ponen pesados al mismo tiempo que acurruca su cabecita en el regazo de su mamá, o sea yo, para empezar a sacarnos ventaja en el descanso del día.

Con la panza llena y el corazón contento nos despedimos para volver cada uno a su casa.

La charla con mi hija mayor a partir de eso no tiene desperdicio. O al menos no para mí. No podría decir lo mismo de mi hijo, que se mantiene en silencio por la soñolencia, de lo contrario no podría mantener una conversación más profunda que los 5 cm que mide su agenda de intereses. Personajes de ficción animados o de película, juguetes o ambas cosas combinadas.

Con ella en cambio me doy el gusto de preguntarle la misma pregunta de siempre, porque siempre le hago la misma: Lo pasaste bien…? Sabiendo que obviamente la respuesta es un sí, si no, no preguntaría.

Luego de afirmar lo que ya sabía, me dice que ella realmente aprecia a mis amigos, que además los quiere como si fueran los de ella. Y me empieza a nombrar uno por uno, los de su preferencia, los especiales, los que no vemos tan seguido, de cada uno de ellos me puede brindar una palabra alentadora que me hace confirmar por qué ellos son mis amigos y por qué ella se siente tan parte del grupo como si fuera una más.

Los menores nos observan, sin que nos demos cuenta. Y nos enseñan a ver.

Carlota, Plastilina y otras cosas más

  Hola a todos!. Hace mil que no muevo esta página y no por que no haya hecho nada durante todo este tiempo. Hoy les quiero contar que en mi...