martes, 7 de agosto de 2018

No sabía que ponerme y me puse felíz


Ya todos sabemos porque es una obviedad que la ojota con media así como la yoguineta con taco alto no va. Está out, como dice la revista, salvo que sea idea de un excéntrico diseñador europeo o japonés y entonces es extremadamente “trendy”.

En cuestiones de moda no tengo autoridad alguna, sin embargo para no caer en el típico post en el cual me lamento por mi miserable vida, me meto en este tema frívolo, trivial pero que en el fondo, me apasiona.

Alguna vez hace tiempo escuché que para darte cuenta de qué clase de persona tenés enfrente lo primero que debés observar son sus zapatos. Y no creo que la palabra “clase” se refiera a la social ni que la acotación tenga que ver con juzgar o discriminar al interlocutor de turno, sino más bien con tratar de definir el perfil de su personalidad. Un mocasín no es lo mismo que un borcego, y una alpargata no es lo mismo que una ojota. Una converse no es lo mismo que una topper y una plataforma que un stiletto, y creo que queda claro que no estoy hablando del poder adquisitivo de quien la calza sino del mensaje que esa persona conciente o inconcientemente quiere transmitir. También está claro que la misma persona puede y de hecho es lógico que pase, vista cualquiera de estas opciones en distintas ocasiones.

Pero ahí es donde me meto en otro tema fundamental. Lo importante de vestir adecuadamente para cada contexto, y no necesariamente se trata de uniformarse o adaptarse a lo que el entorno te quiera imponer.

Sin embargo si bien algunas reglas fueron hechas para romperse no queda bien caer en ropa deportiva a un casamiento -recuerdo el mío propio allá lejos y hace tiempo- donde deliberadamente dijimos que se podía vestir informal, pero una persona se lo tomó tan a pecho que cayó vestida como para ir al muelle de pescadores a lanzar unas líneas y… el mensaje que finalmente recibimos fue el de “me importa un bledo vos y el día más felíz de tu vida…” a lo mejor el flaco ya intuía que era un matrimonio destinado al fracaso, qué se yo… Pero ya me sorprendo hablando nuevamente de mi vida.

Entonces, equipo de gimnasia para hacer deporte o para el tercer tiempo, ropa de pescador solo para ir a la costanera y sacar una bota.

Y recuerde, menos es más. Qué pasa si tengo un evento y no sé cómo lookearme porque no sé muy bien de qué se trata?

Para eso existe algo que se llama “BÁSICOS”. Es esa ropa que pese al avance del tiempo pareciera no pasar de moda. Pero básicos con onda, digo por si no se entiende. Un pantalón pinzado a mí personalmente siempre me pareció algo carente de onda, así que a mi criterio queda fuera del compendio básico.

Vestir un jean y una camisa o remera blanca es absolutamente lo que llamo básico y de ahí hacia arriba o hacia abajo podés encajar bien en casi cualquier entorno y no llamar la atención si no lo deseás. Todo lo que marca si ese look suma en elegancia o en informalidad es lo que te pongas encima de eso. Un saco de buen corte, una chaqueta, un buen accesorio, zapatos o zapatillas definen el look a donde querés encajar.

Pero atención hay una, sí sólo una cosa que combina con el look perfecto y que no debe faltar jamás. Agua y jabón. En la ropa y en el cuerpo, aunque pareciera demás decirlo muchas veces no lo es. Algunos estilos de moda justamente se basaron en la suciedad y desprolijidad deliberada y cuidadosamente.

La segunda cosa que es importante valorar es muestra edad y nuestro cuerpo. Pese a que cada uno es dueño –enbuenahora- de ponerse lo que se le cante una mirada autocrítica nunca está de más.

La tercera cosa está basada en una palabra trilladísima y cursi como es “SOLTAR”. Ya sabés, lo viejo, lo raído, lo que se hizo pelotita, lo que ya no uso hace 3 temporadas, lo que ya no me entra ni me va a entrar aunque me empeñe…

Y por último, dos consejos. El primero: Cuadrito con cuadrito no va. Rayita con rayita no va. Cuadrito con rayita, mi Dios, no, no va.

El otro consejo es. Si le gusta una marca, no exhiba un logotipo estampado del tamaño del sponsor oficial de un equipo de fútbol, porque esa marca no le paga a usted para llevarla en el pecho. A más edad corresponde menor tamaño de logotipo, hasta que llegamos a una edad en que el logo desaparece porque nos sentimos mucho más allá de cualquier estatus comprado con tarjeta en cuotas, o simplememente porque no nos da la billetera para comprar ropa de marca.

Las estampas... ojo con las estampas. Se lo dice una diseñadora que ha realizado y realiza estampas textiles para muchas marcas. Rozan con lo grasa. Las hay muy buenas ojo, cuanto más abstracta y sutil mejor. Y si quiere lucir en su prenda un mensaje en otro idioma, asegúrese del significado de lo que lleva escrito y su ortografía. No vaya a ser que sea portador de un gran “CE TU MIZMO” en arameo y no lo sepa.

Sea como sea querido amigo, vista lo que vista no se olvide de llevar su sonrisa. Es lo que mejor lo hará lucir.

Y con esto doy terminado este manifiesto personal sobre la moda, que si me conoce bien lo tomará como de quien viene, una persona que ha cometido y seguirá, no uno, sino muchos de estos errores enumerados y lo seguirá haciendo. Pero como soy una persona tan hermosa por dentro todo me queda bien ;) modestia aparte ;) ;) ;)

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Carlota, Plastilina y otras cosas más

  Hola a todos!. Hace mil que no muevo esta página y no por que no haya hecho nada durante todo este tiempo. Hoy les quiero contar que en mi...