Plutón aparece en oposición a Venus, el
conflicto se contrapone al amor y parece que esa oleada viene para rato me dice
una amiga que sabe de eso que yo desconozco y hasta diría que descreo, sin
embargo me aferro a esa sentencia de conflicto vs. amor, Venus vs. Plutón y
quedo enmarañada en esa madeja incomprensible tratando de sacármela de encima.
El día de la madre me enojo con mis
hijos. Sin entrar en detalles menores pero termino decepcionada y no por un
regalo precisamente.
Días después discuto con mi novio por
tema que no viene al caso. A lo mejor no es tan serio pero me duele y me abre
viejas heridas al parecer no tan bien cicatrizadas.
Ahí nomás me doy cuenta de que tengo que
parar (diría Miguel Mateos) y mirar un poco hacia adentro, empezar a valorarme
más, imponerme la obligación de darme mi lugar.
Acto seguido entro en conflicto con el
grupo de madres de whatsapp “A” por el exceso de información y de
desinformación a la vez, sí, no tiene sentido pero es así.
A continuación me salgo de un portazo del
grupo de madres de whatsapp “B” por no poder tolerar (delgado umbral el mío) la mezquindad? la hipocresía? apatía? incongruencia?
Quedan sólo 17 días hábiles para terminar las
clases a lo mejor en el interín encuentro el sustantivo correcto.
Durante varios instantes del día me zafo
del límite de la violencia verbal por no poder soportar entre otras cosas que
me manden por enésima vez el audio de la señora hablándole a los choripaneros.
Una boba que opina por Instagram que el arte de los payasos es menos válido
porque no son personas comunes que hacen reír. Y otro que se
queja por Facebook de que su trabajo en negro no le cubre un accidente laboral,
como si pretendiera meter los dedos en el enchufe y que no se le rice el pelo. Qué pocas pulgas que tengo, por Dios.
Me agarra la lluvia y me mojo de pe a pa
porque le cedo mi campera a mi hija que tiene que viajar a inglés en colectivo,
no me quejo, es lo que cualquier madre haría, excepto las que les molesta
preparar las meriendas de sus hijos. Llego a la noche exhausta de no dar más.
Tengo casi 50. No quieran convencerme de
pensar así o asá. Lo que está torcido no se puede enderezar. Escucho y callo, no
quiero convencer a nadie. Me cago en las brechas. Me voy de los lugares que no
me suman. Me junto con gente que me hace bien. Deseo ser consecuente con mis
creencias. El mundo va para lados inusitados. Y yo estoy aquí observando como
todo pasa. A veces como hoy pifio, pero no soy yo, es Plutón que hoy le metió 7
golazos a Venus. Si no pregúntenle a Ana o a Ceci, que saben. Yo mejor me voy a
dormir. Buenas noches.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario