Viste cuando estás en confianza con alguien y le mostrás una parte tuya, esa que tiene ese defecto, que no te trauma pero tampoco te enorgullece, y bueno, estás en confianza, así que se lo abrís a la otra persona esperando que ella te diga, “nah… nada que ver boluda… no es pa tanto” Y en realidad te dice "uuuhh si, tenés razón boluda, qué desastre”.
En ese momento te querrás matar -literal. Una, por haber sacado a la luz la parte vergonzosa de tu cuerpo que te atormenta o no tanto y pero te hace la vida un cacho más miserable. La otra porque no podes hacer nada para arreglarla. Guita para cirugía no tenés y encima ya estás bastante vieja, por lo cual avanzando en el tobogán de la decrepitud, “esa” parte defectuosa, se pondrá cada vez más monstruosa a la par de tu caída libre en picada hacia la auto destrucción.
Es ahí cuando sentís que esa maldita deformidad es la culpable de todos tus fracasos en la vida y todos tus sueños a futuro se evaporan en el aire.
Hoy me levanté optimista. Heheyyy!
jueves, 2 de noviembre de 2017
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