Dedicado a Pappo
A la
vaca Elvira le gusta estar al sol. Todo el día y todo el tiempo le gusta a
estar al sol.
A
sus compañeros de rebaño les da por recostarse bajo la sombra de un cartel
publicitario en esos días calurosos del mes de enero.
Pero
Elvira no. La muy cabeza dura insiste en quedarse solita, cerca del alambrado.
No
lo hace por antipática sino todo lo contrario. Lo que le gusta es pararse lo
más cerca de la ruta y contemplar los autos. Aquellos que van o vienen de sus
vacaciones.
Casi
siempre pasa, y para gran satisfaccion de Elvira, que los niños sentados en los asientos
traseros de los autos la señalan, y con caras muy sonrientes la saludan
agitando sus manitos.
Eso
la pone de muy buen humor y le alegra el día. Aunque a decir verdad, qué bien
le vendría una sombrilla y un fresco juguito de lima-limón! Pero… la muy cabeza
dura insiste en quedarse solita, derca del alambrado, al sol.
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